Los microorganismos
que sintetizan productos útiles para el hombre representan, como máximo,
unos pocos centenares de especies de entre las más de 100000 descritas en
la Naturaleza. Los pocos que se han encontrado con utilidad industrial son apreciados
por elaborar alguna sustancia que no se puede obtener de manera fácil o barata
por otros métodos.
1.- Levaduras
Las levaduras se vienen utilizando desde hace miles de años para
la fabricación de pan y bebidas alcohólicas. La levadura que sin duda fue
la primera y aún hoy en día sigue siendo la más utilizada por el hombre
es Saccharomyces cerevisiae de la que se emplean diferentes cepas para la
fabricación de cerveza, vino, sake, pan y alcoholes industriales.
Kluyveromyces fragilis es una especie fermentadora de la lactosa que se
explota en pequeña escala para la producción de alcohol a partir del suero de
la leche. Yarrowia lipolytica es una fuente industrial de ácido cítrico.
Trichosporum cutaneum desempeña un importante papel en los sistemas de digestión
aeróbica de aguas residuales debido a su enorme capacidad de oxidación de
compuestos orgánicos, incluídos algunos que son tóxicos para otras levaduras y
hongos, como los derivados fenólicos.
2.- Hongos filamentosos
Los hongos tienen una gran importancia económica, no tan
sólo por su utilidad, sino también por el daño que pueden causar. Los hongos
son responsables de la degradación de gran parte de la materia orgánica de la
Tierra, una actividad enormemente beneficiosa ya que permite el reciclaje de la
materia viva. Por otro lado, los hongos
causan gran cantidad de enfermedades en plantas y animales y pueden destruir
alimentos y materiales de los que depende el hombre. Los efectos perjudiciales
de los hongos están contrarrestados por su utilización industrial. Los hongos
son la base de muchas fermentaciones como la combinación de soya, habichuelas,
arroz y cebada que dan lugar a los alimentos orientales miso, shoyu y tempeh.
Los hongos son también la fuente de muchos enzimas comerciales (amilasas,
proteasas, pectinasas), ácidos orgánicos (cítrico, láctico), antibióticos
(penicilina), quesos especiales (Camembert).
3.- Bacterias Entre las especies bacterianas de interés industrial están las bacterias
del ácido acético, Gluconobacter y Acetobacter que pueden convertir el etanol
en ácido acético. El género Bacillus es productor de antibióticos (gramicidina,
bacitracina, polimixina), proteasas e insecticidas. Del género Clostridium cabe
destacar Clostridium acetobutylicum que puede fermentar los azúcares originando
acetona y butanol. Las bacterias del ácido láctico incluyen, entre otras, las
especies de los géneros Streptococcus y Lactobacillus que producen yogur.
Corynebacterium glutamicum es una importante fuente industrial de lisina. El
olor característico a tierra mojada se debe a compuestos volátiles (geosmina)
producidos por Streptomyces aunque su principal importancia radica en la
producción de antibióticos como anfotericina B, kanamicina, neomicina,
estreptomicina, tetraciclina, etc.
Existen
una serie de características que comparten todos los microorganismos y que suponen ciertas ventajas para su uso en la
industria. La más fundamental, el pequeño
tamaño de la célula microbiana y su correspondiente alta relación de
superficie a volumen. Esto facilita el
rápido transporte de nutrientes al interior de la célula y permite, por consiguiente, una elevada tasa
metabólica. Así, la tasa de producción de proteína en las levaduras es varios órdenes de
magnitud superior que en la planta de soya, que, a su vez, es 10 veces más alta que en el
ganado. Esta velocidad de biosíntesis microbiana extremadamente alta permite
que algunos microorganismos se reproduzcan
en tan solo 20 minutos (Escherichia coli). Los ambientes capaces de
albergar vida microbiana son muy
variados. Se han encontrado especies que viven a temperaturas comprendidas entre el punto de congelación del
agua y el punto de ebullición, en agua salada y dulce, en presencia y en ausencia
de aire. Algunos han desarrollado ciclos de vida que incluyen una fase de
latencia en respuesta a la falta de nutrientes: en forma de esporas permanecen inactivos durante años
hasta que el medio ambiente, más favorable, permita el desarrollo de las
células. Los microorganismos se hallan capacitados para acometer una extensa
gama de reacciones metabólicas y adaptarse así a muchas fuentes de nutrición.
Versatilidad que hace posible el que las fermentaciones industriales se basen
en nutrientes baratos. Un microorganismo
de uso industrial debe producir la sustancia de interés; debe estar disponible
en cultivo puro; debe ser genéticamente estable y debe crecer en cultivos a gran escala. Otra característica importante es
que el microorganismo industrial crezca rápidamente y produzca el producto
deseado en un corto período de tiempo. El microorganismo debe también crecer en
un relativamente barato medio de cultivo disponible en grandes cantidades.
Además, un microorganismo industrial no debe ser patógeno para el hombre o para
los animales o plantas. Otro requisito importante es la facilidad de separar
las células microbianas del medio de cultivo; la centrifugación es dificultosa
o cara a gran escala. Los microorganismos industriales más favorables para esto
son aquellos de mayor tamaño celular (hongos filamentosos, levaduras y
bacterias filamentosas) ya que estas células sedimentan más fácilmente que las
bacterias unicelulares e incluso son más fáciles de filtrar.
Los microorganismos de uso industrial, son microorganismos
que se utilizan en procesos de fermentación industrial o como probióticos. Son, principalmente,
levaduras, mohos, bacterias y actinomicetes (bacterias filamentosas); hoy se
suman a ellos los cultivos de células de mamífero y los "hibridomas":
nuevas células creadas por la fusión de dos líneas celulares. La mayoría de los microorganismos no
tienen uso industrial pero de los microorganismos que se aíslan de la naturaleza
se seleccionan aquellos que fabrican uno o más productos de interés
específicos, si bien los microorganismos que se utilizan en la industria han
sido aislados de la naturaleza por métodos tradicionales, estos son modificados
mucho antes de ingresar a la industria. Estas modificaciones se pueden llevar a
cabo genéticamente ya sea por mutaciones o por recombinaciones y tienen por
objeto obtener una especialización metabólica elevada para aumentar el
rendimiento en metabolitos particulares. De hecho las vías metabólicas menores
se reprimen o se eliminan.
Los
microorganismos industriales pueden presentar propiedades pobres de desarrollo,
pérdida de capacidad de esporulación y propiedades celulares y bioquímicas
alteradas. Aunque estas cepas pueden desarrollarse muy bien en las condiciones
altamente especializadas del fermentador industrial, pueden presentar un
crecimiento pobre en los ambientes naturales muy competitivos. Aunque la fuente
de todas las cepas industriales es el ambiente natural, a medida que los procesos
industriales se han ido perfeccionando a través de los años, diversas cepas
industriales se han ido depositando en colecciones de cultivo en distintos
países. Cuando se patenta un nuevo proceso industrial se debe dejar una cepa
capaz de llevar a cabo ese proceso en una colección de cultivos reconocida.
Los microorganismos que sintetizan productos útiles para
el hombre representan, como máximo, unos pocos centenares de especies de entre
las más de 100.000 que existen en la naturaleza. Su importancia en la
fabricación de la cerveza, el vino y el pan se descubrió casi por accidente.
Las levaduras que transforman la malta, el zumo de uva y la masa de pan son
organismos ubicuos, como las bacterias que fermentan la leche y los mohos que
determinan las características distintivas de las diversas clases de quesos. A
estos tres grupos de microorganismos con aplicaciones industriales —levaduras,
mohos y bacterias— debe añadirse un cuarto, los Actinomicetes, bacterias
filamentosas habitantes del suelo, cuyo valor como fuente de antibióticos no se
descubrió hasta la década de los cuarenta. A todos ellos hay que sumarles ya
unas células que, si bien no se encuentran libres en la naturaleza, pueden
fabricar sustancias útiles en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades:
cultivos de células de mamíferos.No existe ninguna raya definida que permita dividir los
microorganismos útiles de los inútiles. Todos son útiles en el sentido de que
ayudan a reciclar las moléculas del mundo orgánico. En este aspecto no son
meramente útiles, sino indispensables. Un considerable número de microorganismos
pueden, evidentemente, ser nocivos para animales y plantas. Pero la mayoría
suelen mostrarse inocuos. Los pocos que se han encontrado con utilidad
industrial son apreciados por elaborar alguna sustancia que no se puede obtener
de manera tan fácil o barata por otros métodos. En contados casos, el objetivo
del cultivo son las mismas células microbianas, la levadura del pan, por
ejemplo. Lo frecuente, sin embargo, es que la sustancia deseada sea un producto
de su metabolismo, como el etanol.